DIVIDENDOS VERDES

 La “ecoeficiencia” cada vez tiene más adeptos. Lograr que en todo el proceso haya pensamiento “eco” permite ahorrar costos, ganar reputación e incluso obtener recursos

El plástico logro en Colombia mitigar su maldad ambiental. Desde hace dos años, Enka de Colombia emplea polietileno tereftato (PT) para la elaboración de sus telas, que proviene de casi 1.500 millones de botellas que son transformadas anualmente en resinas y fibras ecológicas.

Según Juan Carlos Caicedo, director del Centro Andino para la Economía del Medio Ambiente (CAEMA), la ecoeficiencia se está convirtiendo en un tema de primera línea por sus beneficios. Algunas empresas lo aplican al revisar el proceso de producción, el impacto del producto durante su vida útil y el que causa en el relleno sanitario donde  termina; y otros tienden a considerar que ninguna materia “muere”; aun después de su vida útil, puede ser reutilizada y lograr su beneficio extra.

“Al usar las botellas, Enka ha logrado reducir el consumo de energía en 92 % y la emisión de dióxido de carbono en 72%” dice Álvaro Hincapié, presidente de la organización.

Unipalma, que opera en los Llanos, utiliza los componentes que deja su propio proceso para ahorrar costos e impactar menos el ambiente. “con los desechos se produce la energía para la planta, y con el compostaje se recupera el suelo y se hace mantenimiento de los ecosistemas propios de la región y la plantación”, explica Luis Eduardo Betancourt, gerente general.

Esto da a la compañía la posibilidad de obtener más bonos de carbono-instrumentos que se generan por actividades de reducción de emisiones-, con el fin de venderlos a empresas de países desarrollados contaminantes, que lo requieren para compensar sus daños. Con su venta, recupera lo que invierte  en hacer más limpia su producción. En el 2011 calcula obtener $4.000 millones.

La reputación también es ganancia para las empresas. Avianca es la primera aerolínea de América Latina en implantar el uso de vasos de bioplastico, material fabricado en Colombia a base de almidón de maíz por Phoenix packaging Group.

Una vez usados, estos recipientes se envían a compostaje para que sean utilizados como abono de suelos.

EL CAEMA asegura que 35 de estos proyectos verdes, en los que se hace más con menos, están registrados ante Naciones Unidas.

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